domingo, 15 de mayo de 2016

Paul Lewis EnclavedeCámara


Fue apagarse las luces en la sala y aparecer un hombre enjuto, dinámico, completamente de negro, salvo el bies rojizo de la camisa, bajo el foco que destacaba a un Stenway & Sons gran cola. Energía fue la intensa impresión que transmitió el muy galardonado pianista Paul Lewis mientras recorría los escasos metros desde el backstage; energía en el contenido saludo al público; energía al sentarse en la medida butaca y comenzar de inmediato con las primeras notas de la Sonata para piano n.º 9 en Si mayor D575 de Franz Schubert.

Con esta obra casi experimental daba comienzo su recital en el excelente Ciclo EnclavedeCámara que se viene desarrollando en nuestra ciudad.

A continuación, sin apenas pausa para unos contenidos aplausos, Lewis leyó las íntimas Cuatro Baladas op.10 de Johannes Brahms. Tras el breve intermedio, con renovada energía, siguió con un Brahms maduro y a ratos melancólico, sus Tres Intermezzi op 117, para terminar con Franz Liszt y una pieza rotunda de sus Años de Peregrinaje: “Après une lecture du Dante. Fantasia quasi Sonata”. Aquí ya hubo gigajulios de entrega, en una lectura descomunal y muy vehemente.

La impresión final es que Paul Lewis es efectivamente energía; energía física, mecánica, electromagnética, termodinámica, pero energía en forma proteica. No hay en su pianismo concesión al glúcido, ni mucho menos a la grasa. Como su propio cuerpo, como su gestualidad artística desde las manos a las piernas, desde la cabeza al abdomen, Lewis es pura estructura, sin concesiones. Con una técnica apabullante, su discurso instrumental fluye sin desmayo, con una contundencia que pudiendo pecar de mecánica, se envuelve en un dinamismo que lo vuelve pasional. De ahí su elección del repertorio más adecuado: los grandes y proteicos compositores para piano del XIX, desde Beethoven hasta Brahms.

De ahí la sabia elección, y el orden, del programa de su recital: Schubert – Brahms – Liszt. Tan solo eché en falta un rabioso Beethoven , como este que hoy les propongo: Sonata n.º 23 op 57 en Fa menor “Appassionata”:

(vídeo noaxfreeloader)

Lo dicho, proteína, fibra, dinamismo, … Energía: por tanto, trabajo y calor.


3 comentarios:

pfp dijo...

INMENSO, el cerebro de de Beethoven!

Unknown dijo...

Vi a Paul Lewis en Barcelona hace unos cuantos años y me gustó muchísimo. Era un prodigio de entrega, respeto, seriedad. Se merece el prestigio y el éxito que tiene y celebro que lo hayas disfrutado live.
He escuchado solo un rato el Beethoven que has puesto. Reincidiré y volveré a sentir su fuerza subterránea.
Beso, Barbe.

Barbebleue dijo...

Sinceramente creo que Lewis respeta y entiende el inmenso cerebro de don Ludwig.

Besos pfp, besos Glòria.