domingo, 16 de marzo de 2014

10. DÉCIMA, en Fa ♯ Mayor


El Adagio inicial de la Décima Sinfonía es el único movimiento totalmente terminado por Gustav Mahler. Esta Sinfonía, iniciada en el verano de 1910, es la Inacabada del compositor austríaco, posiblemente debido a una fuerte crisis matrimonial.

En los primeros años tras la desaparición del compositor se afirmó que Mahler había ordenado destruir todos los apuntes de la obra; y así se había hecho. Pero en 1924 Alma Mahler publicó una edición facsímil de los esbozos y el plan general de la obra, en cinco movimientos; ésto dio pié para su estreno público. Primero el Adagio completo, y el Purgatorio (tercer movimiento) terminado por Krenek, y posteriormente, a partir de los años sesenta, y gracias a las últimas entregas de Anna Mahler, las sucesivas versiones completas y ejecutables de Deryck Cooke, hasta tres. Con los años nacerían otras versiones: Carpenter, Weeler, Mazzetti, Barshai

Pero volviendo al Adagio, éste es un sensacional movimiento profundamente mahleriano, que se ensambla extraordinariamente bien con la Novena Sinfonía; una perfecta continuación en un lenguaje musical cada vez más vanguardista. 

Consta de una introducción melódica de las violas en Andante y dos ideas temáticas principales; la primera, amplia y poderosa, lírica y apasionada, contrasta con la segunda, mucho más ligera y aérea, con aires de danza. Los tres elementos se van sucediendo y desarrollando en inversión, hasta el brutal acorde de nueve notas en fortissimo, absolutamente cromático y expresionista, una violenta disonancia que fenece en una serena coda de armonías tonales:


(vídeo llaryRhyneKlange)

Filarmónica de Viena
Leonard Bernstein

FIN

4 comentarios:

pfp dijo...

te agradezco especialmente, barbazul,estas diez Sinfonias de Mahler que nos has dejado tan emotivamente explicadas en tu Castillo, "UN MUNDO", inacabado...

un abrazo

Barbebleue dijo...

inacabado, como cualquier Mundo; bello, como muy pocos...

un abrazo, pfp

Esdedesear dijo...

Pfp y Barbebleue cuánto os echo de menos. Me permito esta evacuación sentimental de la que es totalmente culpable Mahler. Cuando esté sobria habre querido ser mas pudorosa, jeje

Barbebleue dijo...

Siempre he sido un fanático de la ebriedad emocional!

Que viva Mahler! esdedesear