domingo, 29 de diciembre de 2013

Revolucionaria y Romántica

(activista de Femen detenida)

Todo movimiento revolucionario es romántico, por definición
-Antonio Gramsci 

En busca de un menú musical para la celebración del Nuevo Año en el Castillo, convocando a un mejor período que el que ahora agoniza, decidí, en un alarde de comodidad, echar mano de lo más cercano: lo último que está caldeando mi equipo de sonido. 

Al simultanear músicas diversas comme d’habitude, he tenido que elegir entre Beethoven y Led Zeppelin, que compartían alternativamente la bandeja del lector de cedés y que curiosamente maridan a la perfección, a decir de un chef. Para tan egregia celebración finalmente he elegido la revolución del sordo en detrimento del ímpetu eléctrico.

El Opus de las Sonatas para piano (32) de Lv Beethoven supone una revolución en la composición pianística que marcaría todo el siglo XIX. Partiendo de unas primeras partituras clasicistas, a la manera de Haydn y Mozart, en su período intermedio y final, desarrolla un mundo sonoro lleno de novedosas sonoridades, audaces efectos y atrevimientos sensoriales: una revolución romántica que, en una forma casi sinfónica, llevan a una cima extrahumana, como bien se ha señalado.

Un sendero primoroso que va desde la trágica elegancia de la Patética op13, la amorosa dulzura de la Claro de Luna op27 n.2, el fulgor de la Walstein op53, el ímpetu de la Appasionata op57, hasta las dos postreras cimas op110 y op111 adornadas de contrapunto, pasando por la descomunal Hammerklavier op106, mi elección para hoy.

Sonata para piano n.29 en Si bemol mayor opus 106 Hammerklavier: partitura de su último período, Beethoven traspasa aquí todos los límites formales conocidos, dotando de un contenido orquestal al teclado y manejando con soltura, atrevimiento y progreso las posibilidades sonoras de la nueva generación de pianos.

El Adagio sostenuto. Appassionato e con molto sentimento  (casi nada para un metronómico como Ludwig van) es un canto a la Melancolía, ilustre compañera de la Belleza (Baudelaire) y el más sublime monólogo de nuestro compositor. 

Tan excelso movimiento lo escuchamos en la siempre transparente y diáfana interpretación del gran pianista beethoveniano Wilhelm Kempff, quien cuenta, en primera persona, que durante la última visita que realizó a un moribundo Sibelius, éste le pidió que interpretase esta pieza, y tras la atenta escucha, le comentó que “no había tocado como un pianista, había tocado como un ser humano…”


                   (vídeos Barbebleue.i)

Beethoven, Revolucionario y Romántico… algo de que lo andamos bien escasos en estos tiempos.


                          ¡Feliz Nuevo Año!

8 comentarios:

Esdedesear dijo...

Que estupenda información y qué agradable despedida de año, tan bien escogida, la he disfrutado.
Te deseo un buen año y que sigas entusiasmándonos como lo haces.Un abrazo.

Unknown dijo...

Un Beethoven maravilloso. Yo también te deseo unos Felices Nuevos Días.
Un beso, Barbe.

Barbebleue dijo...

Felicidad, por entusiasmo no quedará...
Un abrazo, Conchita.

Barbebleue dijo...

Pues que sean Felices, Nuevos, Muchos y Maravillosos.
Un beso, Glòria

pfp dijo...

felices, musicales y revolucionarios nuevos días, golpe a golpe, verso a verso...

pilar

Barbebleue dijo...

... se hace Música al andar.

felices días, muchos. Besos, pilar.

Titus dijo...

¡Feliz 2014!

Barbebleue dijo...

¡Buen Año!
Un abrazo, Titus