Como Orfeo, toco
en las cuerdas de la
vida la muerte,
y ante la belleza de
la tierra
y de tus ojos, que
administran el cielo,
sólo sé decir cosas
sombrías.
No olvides que también
tú, de pronto,
aquella mañana, cuando
tu lecho
todavía estaba húmedo
de rocío y el clavel
dormía junto a tu
corazón,
viste el río oscuro
pasar a tu lado.
La cuerda del
silencio,
tensada sobre la ola
de sangre,
puso manos en tu
corazón sonante.
Transformado quedó tu
rizo
en la cabellera de
sombras de la noche,
los copos negros de
las tinieblas
nevaron tu semblante.
Y mi lugar no está a
tu lado.
Ahora nos lamentamos
los dos.
Pero como Orfeo, sé
junto a las cuerdas de
la muerte la vida,
y en mí reverbera el
azulado
de tu ojo por siempre
cerrado
-INGEBORG BACHMANN- Sólo Cosas Sombrías
Nunca tan de actualidad ha estado la tragedia griega, la
diaria y la Inmortal. En
medio de la hecatombe de una civilización, no tan sólo económica, no resulta
ocioso y sí muy coherente volver la vista hacia los orígenes, allí donde fue
creado el pensamiento que aún podemos llamar moderno ¿por cuánto tiempo?
Sírvanos la reciente desaparición del gran compositor Hans Werner Henze (1926-2012) como
sentida excusa para volver a Eurípides,
el amigo de Sócrates, y a una de sus tragedias: Las Bacantes. La lucha
entre la racionalidad (Penteo, rey de
Tebas) y las pasiones (el dios
Dionisio, ó Baco); pero no solo, sino también, el conflicto entre el
autoritarismo y la libertad, la convivencia entre la norma y el sentimiento, el
espíritu libertario y la degeneración dogmática, la intolerancia en el
individuo y la histeria social, con moralidad de fondo, que nos lleva a
preguntarnos con el maestro Henze “¿qué
es la libertad? ¿qué significa la represión, la revuelta, la revolución?
Eurípides es llevado hasta nuestro tiempo” y tanto, diría yo...
A partir del libreto escrito en inglés por WH Auden y C
Kallman “The Bassarids” (1966) Henze recoge la tradición
operística de Richard Strauss pasada por la mente de Alban Berg (algunos críticos apuntan al sinfonismo de
Mahler) dando rienda suelta a una partitura luminosa y poderosa, lírica y
dramática por igual, pura narrativa musical tan corrosiva y áspera como la
poesía de su musa Ingeborg Bachmann,
y servida con el eclecticismo del sabio “me
parece más interesante y más generoso ser ecléctico que no serlo” . El estreno tuvo lugar en el Festival de Salzburgo 1966 en traducción al alemán, Die Bassariden.
Así el maestro, con orquestación lujuriosa, se mueve con soltura en los confines de la
tonalidad para crear los claroscuros que tanto contribuyen a las tensiones
dramáticas, el conflicto perenne, de la ópera; obra en un solo acto que está
subdividida, a la manera sinfónica clásica, en cuatro movimientos que,
basándose explícitamente en JSB, comienza en la forma Sonata y termina en un
sensacional Passacaglia, tras haber recorrido el Scherzo-Trío y el Adagio-Fuga.
Un viaje monumental, para que allí en medio de la histérica bacanal de las
Bacantes (seguidoras humanas de Dionisio)
la propia madre, Ágave, despedace al hijo, Penteo.
Escuchemos dos momentos gloriosos del sensacional cuarto
movimiento:
Coro de Bacantes y percusión
(vídeo Barbebleuei)
Coro de Bacantes y percusión
(vídeo Barbebleuei)
El lírico lamento de Penteo:
(vídeo Barbebleuei)
RIAS Kammerchor
Berlin Radio Symphony Orchestra
Gerd Albrecht
(vídeo Barbebleuei)
RIAS Kammerchor
Berlin Radio Symphony Orchestra
Gerd Albrecht
4 comentarios:
He desempolvado el programa de mano. Temporada 98-99 en el Real, fíjate si ha llovido que el precio de las entradas era en pesetas,... Me alegro que me hayas refrescado la memoria de una velada que me impresionó por su fuerza
dramática y musical,¿alma y violencia?
Sensacional la Ingeborg Bachmann.
Par de besos barbazul.
Las bacantes es una ópera impresionante desde cualquier perspectiva, una obra maestra. Para que luego digan que la ópera murió con Puccini.
alma y violencia... pura humanidad.
alma y violencia... pura Bachmann.
otro par, pfp
ps: ya había pesetas en el siglo I?
Titus, algunos opinan que nació y murió con Verdi. Impresionante!
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