domingo, 11 de noviembre de 2012

Las Bacantes: de Eurípides a Henze



Como Orfeo, toco
en las cuerdas de la vida la muerte,
y ante la belleza de la tierra
y de tus ojos, que administran el cielo,
sólo sé decir cosas sombrías.

No olvides que también tú, de pronto,
aquella mañana, cuando tu lecho
todavía estaba húmedo de rocío y el clavel
dormía junto a tu corazón,
viste el río oscuro
pasar a tu lado.

La cuerda del silencio,
tensada sobre la ola de sangre,
puso manos en tu corazón sonante.
Transformado quedó tu rizo
en la cabellera de sombras de la noche,
los copos negros de las tinieblas
nevaron tu semblante.

Y mi lugar no está a tu lado.
Ahora nos lamentamos los dos.

Pero como Orfeo, sé
junto a las cuerdas de la muerte la vida,
y en mí reverbera el azulado
de tu ojo por siempre cerrado

-INGEBORG BACHMANN-  Sólo Cosas Sombrías

Nunca tan de actualidad ha estado la tragedia griega, la diaria y la Inmortal. En medio de la hecatombe de una civilización, no tan sólo económica, no resulta ocioso y sí muy coherente volver la vista hacia los orígenes, allí donde fue creado el pensamiento que aún podemos llamar moderno ¿por cuánto tiempo?

Sírvanos la reciente desaparición del gran compositor Hans Werner Henze (1926-2012) como sentida excusa para volver a Eurípides, el amigo de Sócrates, y a una de sus tragedias: Las Bacantes. La lucha entre la racionalidad (Penteo, rey de Tebas) y las pasiones (el dios Dionisio, ó Baco); pero no solo, sino también, el conflicto entre el autoritarismo y la libertad, la convivencia entre la norma y el sentimiento, el espíritu libertario y la degeneración dogmática, la intolerancia en el individuo y la histeria social, con moralidad de fondo, que nos lleva a preguntarnos con el maestro Henze “¿qué es la libertad? ¿qué significa la represión, la revuelta, la revolución? Eurípides es llevado hasta nuestro tiempo” y tanto, diría yo...

A partir del libreto escrito en inglés por WH Auden y C Kallman “The Bassarids” (1966) Henze recoge la tradición operística de Richard Strauss pasada por la mente de Alban Berg (algunos críticos apuntan al sinfonismo de Mahler) dando rienda suelta a una partitura luminosa y poderosa, lírica y dramática por igual, pura narrativa musical tan corrosiva y áspera como la poesía de su musa Ingeborg Bachmann, y servida con el eclecticismo del sabio “me parece más interesante y más generoso ser ecléctico que no serlo” . El estreno tuvo lugar en el Festival de Salzburgo 1966 en traducción al alemán, Die Bassariden.


Así el maestro, con orquestación lujuriosa, se mueve con soltura en los confines de la tonalidad para crear los claroscuros que tanto contribuyen a las tensiones dramáticas, el conflicto perenne, de la ópera; obra en un solo acto que está subdividida, a la manera sinfónica clásica, en cuatro movimientos que, basándose explícitamente en JSB, comienza en la forma Sonata y termina en un sensacional Passacaglia, tras haber recorrido el Scherzo-Trío y el Adagio-Fuga. Un viaje monumental, para que allí en medio de la histérica bacanal de las Bacantes (seguidoras humanas de Dionisio) la propia madre, Ágave, despedace al hijo, Penteo.

Escuchemos dos momentos gloriosos del sensacional cuarto movimiento:
Coro de Bacantes y percusión


(vídeo Barbebleuei)

El lírico lamento de Penteo:


(vídeo Barbebleuei)

RIAS Kammerchor
Berlin Radio Symphony Orchestra
Gerd Albrecht

4 comentarios:

pfp dijo...

He desempolvado el programa de mano. Temporada 98-99 en el Real, fíjate si ha llovido que el precio de las entradas era en pesetas,... Me alegro que me hayas refrescado la memoria de una velada que me impresionó por su fuerza
dramática y musical,¿alma y violencia?

Sensacional la Ingeborg Bachmann.

Par de besos barbazul.

Titus dijo...

Las bacantes es una ópera impresionante desde cualquier perspectiva, una obra maestra. Para que luego digan que la ópera murió con Puccini.

Barbebleue dijo...

alma y violencia... pura humanidad.
alma y violencia... pura Bachmann.

otro par, pfp

ps: ya había pesetas en el siglo I?

Barbebleue dijo...

Titus, algunos opinan que nació y murió con Verdi. Impresionante!