domingo, 8 de enero de 2017

Déserts


A mediados de los años cincuenta, cuando Frank Zappa consiguió por fin hablar por teléfono con su ídolo musical de juventud, Edgar Varèse, el compositor nacido en París le comentó que estaba trabajando en una nueva obra titulada “Déserts”. Esta circunstancia estimuló todavía más la imaginación del adolescente Zappa pues por entonces el músico norteamericano vivía cerca del desierto de Mojave, California. Desde entonces Zappa tomaría como suya la máxima de su maestro: “The present-day composers refuse to die”.

Edgar Varèse (1883-1965) es un compositor muy personal, inimitable, explorador infatigable del sonido acústico y electrónico, divulgador y maestro del timbre instrumental, profundo y provocador como artista avanzado a su tiempo.

“Déserts”, la nueva partitura de Varèse tras veinte años sin escribir para orquesta, no explicita el desierto de arena, el páramo exterior, sino el desierto interior, la soledad profunda del ser humano. En palabras escritas del propio músico: “Déserts significa para mí no solamente los desiertos físicos, de arena, de mar, las montañas o la nieve, del espacio exterior, las calles desiertas en las ciudades; no solamente esos aspectos baldíos de la naturaleza, que evocan la esterilidad, el alejamiento, la existencia fuera del tiempo, sino también ese lejano espacio interior que ningún telescopio puede alcanzar, donde el hombre está solo en un mundo de misterio y de soledad esencial” (carta a Ódile Vivier).

Obra para viento y percusiones, que incluyen el piano, explora ese íntimo interior plagado de silencios. En las disonancias desatadas de los vientos, en sus ritmos imposibles, en los variados y refinados timbres, en la intensa repetición de motivos, en el exquisito sentido del color, o en la quietud sonora que emana, hallamos el latido del corazón más profundo y las preguntas más antiguas que todos nos hacemos cuando cerramos los ojos en compañía de uno mismo.

La partitura completa incluye también tres pasajes de “sonidos organizados”, material sonoro grabado en cinta magnética que incluye ruidos de fábricas o improvisaciones de músicos en directo. Si bien este conjunto pre-registrado está hoy día disponible para su ejecución con la parte orquestal, el propio compositor precisó que “Déserts” podía ser ejecutado sin el añadido de música electrónica. Así lo podemos disfrutar en el siguiente vídeo:

(vídeo LuxSonica)

3 comentarios:

pfp dijo...

parece muy adecuado iniciar el año con una música que nos acerque a nuestros desiertos particulares, que sirva para comprender y comprendernos más y mejor...

feliz año, felices músicas!

Josefina dijo...

En ese silencio interior, donde el arte de las musas se inspira en la armonía de las esferas celestes, discurren nuestras vidas cuando la soledad es el desierto profundo de un mundo lleno de misterios

Barbebleue dijo...

El desierto de la soledad también tiene su belleza.
Gracias, pfp. Gracias, Josefina.