Mia tiranna, o dio,
pietà
Son ferito e
prigioniero
Che d’Amor nel crudo
impero
Tal mi fè la tua
beltà.
...
No hay labor más grata, y casi inagotable, que la de invitar
al Castillo a la ingente nómina de compositores del XVII; tantos y de tan alta
calidad que la tarea se convierte en un descubrimiento continuo de tesoros
semiocultos.
Pietro CESTI (1623 - 1669) también conocido como Marc’Antonio debido a su nombre
religioso, padre Antonio d’Arezzo, nació en esta preciosa localidad toscana. Su
formación musical comienza en Roma, se cree que como discípulo de Abbatini y
Carissimi. A partir de 1651 Cesti escalaría los más altos peldaños de un hombre
de su oficio: estrenos operísticos en Venecia, maestro de capilla en Innsbrück, cantor de la capilla Sixtina en Roma,
tenor y compositor en la
Florencia de los Médici, vice-maestro de capilla en la corte
imperial de Viena... En fin, en el panorama italiano, junto a Luigi Rossi y Giacomo
Carissimi, lo más selecto de su época;
“la luz y la gloria de la escena profana” o “miraccolo de la Música ”
según Salvatore Rosa.
Entre 1662 y 1665, durante su segunda estancia en Innsbrück,
además de obtener el título de Marqués, compuso una buena cantidad de Cantatas,
Canzoni amorose, sobre textos de
Sbarra y Apolloni, poetas de la corte.
Mia tiranna es un precioso ejemplo de su delicado arte que “sobresale en la expresión del ardor y
la ternura, allí donde los sonidos explican los tiernos impulsos de un corazón
que ama, donde el amante solitario languidece y recuerda, donde se describen
delicadas ensoñaciones” (H. Kretzchmar). Una Canzona de contenida expresión dramática que nos muestra la suave vocalidad y el sutil cantabile de
las melodías de Marc’Antonio Cesti, y
que pasamos a escuchar en la interpretación del contratenor René Jacobs
acompañado por un continuo de William Christie, clave; Jaap Ter Linden,
violonchelo; Konrad Junghänel, tiorba.
(vídeo Barbebleuei)
2 comentarios:
A mí Jacobs me sigue gustando, pese a su timbre difícil, pero se ha quedado obsoleto frente a las nuevas hornadas de contratenores. Lo cual está muy bien, en alguna cosa estamos mejorando día a día, no todo iba a ser retroceder.
Estoy de acuerdo, Titus, pero al menos hemos ganado un estupendo director; y no sólo del universo barroco...
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