Son composiciones sencillas, basadas en el estudio de la tradición popular húngara, ya iniciada por Bartok o Kodaly, que estrenan y proyectan el mundo sonoro posterior de Ligeti, sus atmósferas de timbre, ritmo y texturas.
Propongo la audición de dos de ellas, en la excelente, autoritaria y vitalista versión de Pierre-Laurent Aimard:
La 2ª Mesto, rigido e cerimoniale, confeccionada con tan sólo tres notas, desata un clima profundamente inquietante, obsesivo y a la vez inmóvil y subyugante. Pieza empleada por Kubrick, como siempre acertadamente, en su última película Eyes Wide Shut. Presentación ilustrada con otra obsesión, la Kidman:
La 7ª Cantabile, molto legato: una sencilla, ingenua, humilde y casi infantil melodía, que cobra vida y aliento por la energización del incansable motor de la mano izquierda:
4 comentarios:
De Ligeti sólo conocía unas cuantas piezas gracias a las películas de Kubrick, y como tener, sólo tengo su requiem, que me gusta mucho. Es uno de esos compositores que me interesan pero que, entre que no es fácil encontrar discos suyos (al menos por aquí) y que no se suele hablar de él por los mundos blogeros, voy dejando para otra ocasión. Gracias por rescatarlo del limbo y ponerlo en primer plano. Y por el enlace, claro.
Me he puesto a jugar un poco, si pones a sonar las dos piezas a la vez el resultado es bastante curioso, no queda nada mal.
una música la que nos has colgado como dices, inquietante pero bella. También me resultó así la opera de Bartok, El Castillo de Barba Azul que ví ayer en el Liceu de Bcn. (por cierto que te recordé, como no )
Titus, seguiremos rescatando.
Maac, ligeticida ;-)
Pilar, a don Bela le debo el "nick"
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