domingo, 25 de enero de 2015

Desde Bergen

                                                               
                                                                        Winter in Bergen
                                        by kind permission of Klaus Meyer (norwegianlight.com)

Casi con toda seguridad Edvard Grieg es el compositor noruego, nacido en Bergen, más conocido en el vasto universo de la llamada Música Clásica. Y en gran parte es debido a una obra sinfónica: las suites para orquesta Peer Gynt.

Grieg fue parte destacada del colectivo Euterpe que hizo frente al germanismo musical imperante, abanderando una escuela popular de profunda fibra romántico-nacionalista.

Pero Grieg es mucho más que una obra. En concreto su Concierto para piano y orquesta en la menor op 16  consiguió un lugar destacado en el gran repertorio romántico casi desde su estreno en Roma en 1870. Tomando como modelo el Concierto de R. Schumann, sus gélidos aires escandinavos, mecidos entre un profundo lirismo y un virtuosismo à la mode, fueron alabados hasta por el mismísimo Liszt (en especial su cadencia final le dejó boquiabierto)

Dicho Concierto, breve pero intenso, se estructura en tres movimientos:

I.   Allegro molto moderato: dos temas bien definidos, una danza popular “halling” y una elegía, que se desarrollan amplia y globalmente.

II. Adagio: música nocturna que expande, a través de las cuerdas con sordina, la bruma sobre el fiordo. Poesía musical para la chimenea. attaca

III. Allegro moderato e marcato-Quasi presto-Andante maestoso: una nueva danza que contrasta con un suave cantabile hasta la explosión de la cadenza final.

Escuchemos los dos últimos movimientos en la lectura que el legendario Svjatoslav Richter, el gran pianista cálido y romántico, ofreció en Praga en 1977 acompañado por la Orquesta Filarmónica de Moscú dirigida por Kiril Kondrashin. Una gozada, se lo aseguro.


(vídeo Barbebleuei)

domingo, 18 de enero de 2015

René Pape en AC


En lo primero que uno piensa al escuchar, en directo, a René Pape es en un vino, en un buen vino; un tinto con cuerpo y crianza, de esos que superan el estado líquido pero que corren gloriosamente, como caricias de madrugada.

La voz del cantante de Dresde es suave calidez, no solo por su tesitura de bajo barítono o bajo cantante, como por la riqueza de armónicos que atesora su timbre y la homogeneidad que expresa. Su canto, el uso artístico que hace de ella, es el complemento adecuado y natural: profundamente expresivo, se mueve desde lo dramático a lo lírico sin malgastar una gota de esencia ni perder cualidades sonoras.

Su aparición por la Temporada Lírica coruñesa, acompañado por el pianista Camillo Radicke, dejó sabores de madera en invierno entre la afición musical. En cartera un espectacular programa de lied y canción sobre la Trascendencia, que había presentado en septiembre en el Met y que llevará próximamente a La Scala. El coqueto Teatro Rosalía de Castro de A Coruña se hacía así su hueco entre dos templos descomunales…

El recital se abrió con los Gellert-Lieder op.48 de L. v. Beethoven: seis textos seleccionados del poeta Christian Fürchtegott Gellert, de profundo sabor religioso, que el genio de Bonn dedicó al conde von Browne-Camus. Una exposición austera que resultó impresionante en sentido literal, incluso hasta el temor.

De un A. Dvorak americano presentaron su ciclo Biblical Songs op.99 Oscuras canciones basadas en el Libro de Salmos de la Biblia de Kralice (1613), cuya profundidad fue humildemente sobrecogedora.

La segunda parte se inició con Three Shakespeare Songs op.6 de Roger Quilter, compositor británico del siglo XX. Sencillas obras hechas poesía pura por una melodía de acentos tristes.

Para el final dejaron la Gloria: los cuatro Cantos y Danzas de la Muerte de M. Mussorgsky, sobre textos de Golenishchev-Koutuzov. La omnipresente Muerte recorre, casi amigablemente, diversas escenas con un dramatismo fieramente humano, en un paroxismo que bordea la demencia (tan cara a Mussorgsky), y que Pape supo interpretar de manera conmovedora.

Escuchemos la tercera de ellas: Trepak

Reina el silencio, los bosques están desiertos,
Tormentas de nieve gimen y aúllan.
Parece como si, a lo lejos, en la noche oscura,
Pasara un cortejo fúnebre.
(…)

(vídeo Valen Cienne)

Dos Lieder y L’Ultima Canzone de Tosti despidieron, entre bravos,  a un enorme cantante de post-gusto generoso.

¿El pianista? Luminoso y expresivo, imprescindible!

domingo, 11 de enero de 2015

Música para Viola desde La Scala


Milán. Primeras décadas de 1800. Teatro La Scala. Verdi. El Conservatorio.
Todas estas variables de uno de los períodos más fructíferos de la Música, cuentan con un denominador común, todavía hoy bastante desconocido, llamado Alessandro Rolla (1757-1841)

Es de amplio conocimiento que Giuseppe Verdi fue rechazado en su intento de acceder al Conservatorio milanés. Uno de los integrantes del jurado fue el mencionado Rolla, quien, sin embargo, encauzó positivamente la formación musical del joven músico de Busseto. La razón de su presencia no era otra que ser el primer violín y director de la orquesta de La Scala de Milán, y profesor en dicho Conservatorio.

Alessandro Rolla había nacido en Pavia, un año más tarde que Mozart. Tras estudiar en Milán, a finales del XVIII era ya primer violista de la Orquesta Ducal de Parma, donde conoció al gran Paganini (aquí no hay consenso respecto a si fue alumno suyo). En 1802 llegó al primer puesto musical en el Teatro milanés, donde desarrolló una brillante labor como instrumentista y director de la orquesta durante treinta y un años. Años más tarde, fue nombrado primer profesor de violín y viola en el Conservatorio de la ciudad.

Además de gran virtuoso del violín, consiguió dar un gran realce al valor de la viola como instrumento solista. Publicó un abundante opus pedagógico sobre técnica instrumental de la hermana mayor del violín. Desde el podio de dirección vivió la gran eclosión del belcantismo, pasando por su batuta obras universales de Rossini, Bellini o Donizetti, amén de las obras maestras de Wolfgang Amadeus.

La composición fue otra de sus ingentes tareas, más centrada en el tratamiento de los instrumentos de cuerda, de nuevo con especial fervor hacia la viola, instrumento al que dedicó numerosas piezas, para su mayor gloria. El gusto por la melodía cantabile y el alto virtuosismo técnico son constantes en su opus.

Habiendo vivido en un período tan especial, en su música se pueden rastrear arqueológicos rescoldos del estilo galante, la perfecta arquitectura clasicista de Haydn, la elegante sutileza de Mozart o la pasión romántica de Beethoven, de quien se declaró ferviente admirador y cuya obra ayudó a difundir en Italia.

Su Divertimento en Fa mayor para viola y cuerdas, en dos movimientos, es un precioso ejemplo de genialidad compositiva y técnica instrumental desatada.
I. Andante sostenuto: dolorida melodía casi vocal que se desliza con timidez
II. Allegro alla polacca: refinado galope venido del norte

(vídeo Valentina de filippis)

Simonide Braconi, viola
Orchestra da Camera "Ferruccio Busoni" di Trieste.
Massimo Belli, director

martes, 6 de enero de 2015

Conciertos Navideños y 5


Johann Sebastian BACH

Oratorio de Navidad  BWV 248
Cantata para la Fiesta de la Epifanía
Coral "Nun seid ihr wohl gerochen":


(vídeo Barbebleuei)

RIAS-Kammerchor
Akademie für Alte Musik Berlin
René Jacobs

domingo, 4 de enero de 2015

Conciertos Navideños 4


Giuseppe TORELLI

Concerto à 4  opus 8  número 6
(per il Santissimo Natale)


(vídeo Barbebleuei)

Il Giardino Armonico

jueves, 1 de enero de 2015

Conciertos Navideños 3


Johann Heinrich ROLLE

Oratorio de Navidad :
Coro "Jauchzet, ihr Himmel, freue dich, Erde"


(vídeo Barbebleuei)

Kammerchor Michaelstein
Telemann-Kammerorchester Michaelstein
Ludger Rémy

¡¡¡FELIZ  AÑO!!!