domingo, 23 de febrero de 2014

Improvisaciones


Improvisación: tr. Hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación. (RAE)

Unas pocas semanas atrás comentábamos en estas mismas páginas el bello arte de la Transcripción; de renacer una obra musical en manos de otro compositor, con nuevos colores. Dando un paso más allá en el aspecto creativo, llegamos al arte de la Improvisación, esa forma única de creación instantánea desarrollada sobre una idea previa, y que fluye como el agua..

Un arte y ejercicio un tanto olvidados, salvo en el mundo del Jazz, pero de gran arraigo en la historia de la Música: JS Bach, WA Mozart ó F Liszt fueron improvisadores irredentos y geniales.

La pianista venezolana Gabriela Montero (Caracas, 1970) está convirtiendo esa su natural y espontánea manera de expresarse en el eje de su carrera interpretativa, que transforma cada actuación en un hecho artístico irrepetible al lograr una unión íntima con el público. Un talento innato que, según comenta, llevaba reprimido hasta que la gran pianista Martha Argerich le descubrió y le animó a desarrollar y ofrecer como un regalo de talento. Y también, como ella misma suele recordar, porque humaniza una Música Clásica que para determinadas audiencias puede pecar de complicada, fría e intelectual.

Gabriela, en sus conciertos y recitales, anima al público a presentarle temas musicales para improvisar sobre ellos, en vivo y en directo. Más complejo pudiera ser captar la magia de ese momento creativo en una grabación discográfica, pero cuando las dotes son grandes todo se supera.

Aún cuando ella misma reconoce que se puede improvisar sobre cualquier compositor u obra, se ha decantado por grabar, en su disco "Bach and Beyond" una serie de improvisaciones sobre temas del gran JS Bach, porque “su Música cercana a la Perfección se presta extraordinariamente bien pues su Sencillez esconde una Complejidad asombrosa”

Escuchemos su improvisación sobre "Jesus bleibet meine freude" el conocido coral de la Cantata BWV147 Herz und Mund und Tat und Leben:


Y su lectura creativa sobre la célebre Chacona de la Partita para violín solo n.2 en re menor BWV1004:


(vídeos Barbebleuei)

domingo, 16 de febrero de 2014

Robar el Tiempo


Cuenta Claudio Cavina, director del Ensemble barroco La Venexiana, que una de las aportaciones más geniales del gran Claudio Monteverdi a la historia de la Música, un cierto concepto de modernidad musical, ha sido “otorgar al intérprete (cantante) la libertad de robar el tiempo, de fluctuar sobre una base rítmica”.  En palabras del propio Monteverdi “cantar siguiendo el tiempo del afecto, del ánimo, y no el del compás”

Sin duda debido a esa Libertad de interpretación y cómo no, al Amor por la Música, Cavina agrupa con su Ensemble,  a un Cuarteto de Jazz (saxos, acordeón, contrabajo y batería) para liderados por la Voz, la soprano Roberta Mameli, lanzarse a una lectura, por encima del tiempo, de algunos madrigales de Monteverdi y contemporáneos, en su disco ‘Round M Monteverdi Meets Jazz

El atrevimiento que supone añadir ideas musicales, improvisadas en buena medida, y tímbricas alejadas por siglos, a composiciones tan hermosas, no deja de asombrar. Ante este registro, dejando aparcados purismos bienintencionados, uno se deja llevar disfrutando de la maravillosa sonoridad de un saxo tenor doblando la voz humana, o el perfume lánguido de un acordeón envolviendo un aire secular…

Escuchemos arrobados cómo roban el tiempo en el “Lamento della Ninfa” del Ottavo Libro dei Madrigali 1638 de C. Monteverdi:


(vídeo Frédéric Degroote)

O cómo un basso ostinato se convierte en pura modernidad en “Ohimé ch’io cado” del Quarto Scherzo delle Ariose Vaghezze 1624, del mismo autor:


(vídeo mattia moretti)

domingo, 9 de febrero de 2014

9. NOVENA, en Re Mayor


La última sinfonía acabada por Mahler, en 1909, fue estrenada por Bruno Walter más de un año después del fallecimiento del compositor. Se trata de otra obra monumental, en esta ocasión totalmente instrumental, aunque como bien dice el compositor Dieter Schnebel “… los instrumentos son obligados a hablar”

Una obra que deslumbró a los miembros de la Segunda Escuela de Viena, especialmente a Alban Berg, como bien dejó dicho el añorado Eugenio Trías: por el dominio del espacio sonoro, las peculiaridades tímbricas y la reorganización de la textura orquestal.

Fue estructurada en cuatro movimientos de manera harto inusual:

I. Andante Commodo: descomunal inicio de la Sinfonía; una suerte de marcha fúnebre implacable sobre la organización del Caos.

II. Ländler: el punto popular animado por un núcleo de vals.

III. Rondo-Burleske: la poca luz relajante de todo el pentagrama.

IV. Adagio: es el sobrecogedor final de la obra; desde el mismo comienzo es una llamarada de cuerdas empujadas por metales ardientes, donde los acordes suspendidos años-luz obligan a la melodía a detenerse.

Aquí la orquesta de Mahler revela Procesos situados más allá de la Vida y la Muerte biológicas, una Creación y Destrucción a nivel cosmogónico.

Una fenomenal ignición de combustible que, fusionando hidrógeno bajo atmósferas de hierro fundido, exhala un séquito de radiaciones estelares; poco a poco van dejando una especie de ruido cósmico, hasta que, próxima al colapso, deviene en un reposo inestable de la materia sonora.

¡El Universo según Gustav Mahler!

... en esta ocasión en la laminante versión de Klaus Tennstedt y la Orquesta Filarmónica de Londres:



(vídeos Barbebleuei)

domingo, 2 de febrero de 2014

El Padre Blanco del Blues



John Mayall (Manchester,1933), nombre seminal del british blues, recién cumplidos los ochenta años en plena actividad (el próximo 4 de marzo en Madrid), tiene en su dilatada carrera hitos imprescindibles en la evolución del Blues y sus derivadas.

Multiinstrumentista de oficio (voz, teclados, guitarras, armónica) fue en primer lugar un bluesman inquieto, con veleidades de jazzman; experimentador insaciable desde los primeros tiempos (mediados los 60) del rhytm&blues británico con sus míticos Bluesbreakers, hasta la fusión con el Jazz y el sonido de las big bands de EEUU a comienzos de los setenta, pasando por su momento dulce creativo, de un blues cálido e íntimo donde llegó a prescindir de la imprescindible batería.

A la altura de su carrera compositiva e interpretativa está su faceta de descubridor y docente de grandísimas luminarias que pasaron por esa escuela de blues que fueron sus Bluesbreakers. Baste mencionar algunos nombres ilustres que con él se formaron y grupos que desarrollaron su simiente: Eric Clapton (Cream), Peter Green (Fleetwood Mac) ó Mick Taylor (Rolling Stones) metieron su guitarra; Jack Bruce (Cream) John McVie (Fleetwood Mac), Andy Fraser (Free) el bajo eléctrico; Keef Hartley (KH Band) o John Hiseman (Colosseum) la batería; Dick Heckstall-Smith o John Almond sus metales… y un larguísimo etcétera.

Tras su etapa británica, a mediados de los sesenta, inició la aventura californiana, con algunas bandas legendarias de blues de la costa oeste, como Canned Heat, aflorando su mejor y más fértil  época artística. A comienzos de 1968 graba Bare Wires” despidiendo a los Bluesbreakers, y arrimándose cada vez más a los arreglos jazzísticos en los vientos: escuchemos el pausado “Killing Time”:




En ese mismo otoño publica, solo con su nombre, el imprescindible Blues from Laurel Canyon” del cual podemos escuchar el nervioso “2401”:




Despide al batería y tan solo con un bajista, un guitarrista acústico y un soplador de saxos y flauta, asombra a todos con su increíble “The Turning Point”(1969) una caricia con manos de blues y besos de jazz. Escuchemos el delicioso “So Hard to Share”:




Desarrollada en sucesivos álbumes esta experiencia intimista ¡incluso con violín! ("Usa Union" 1970) busca el abrigo de músicos de Jazz integrándose más y más sin perder sus credenciales blueseras. Estamos en 1972 y publica otro álbum legendario Jazz-Blues Fusion” del cual podemos escuchar "Change your Ways":


(vídeos Barbebleuei)

John Mayall, el padre blanco del blues; el padre del blues blanco.
John Mayall, lo más cerca que el hombre blanco puede estar del Blues.
John Mayall, una Institución.
johnmayall.com