domingo, 28 de julio de 2013

Syrinx


Syrinx. Arthur Hacker

Nos relata la mitología griega que el dios Pan, hijo de Hermes y de una ninfa o de una mortal, (otras tradiciones le atribuyen como padres a los dioses preolímpicos Cronos y Rea) tenía la afición de perseguir ninfas, ménades, muchachos, y otras beldades  –diosas incluidas- debido a su desmedido apetito carnal; por algo es el divino representante de la fertilidad y de la pulsión sexual generadora.

Cuentan que en una ocasión se sintió fuertemente atraído por Syrinx, una náyade –ninfa de las aguas dulces- fiel seguidora de la virginal Artemisa. Perseguida y acorralada a orillas del río Ladón, como protección fue convertida por sus hermanas en una caña a la vera del río. Pan solo pudo abrazar al azar algunas cañas que con el viento emitieron unos sonidos de tal belleza que el dios, cortando varias de ellas, construyó un instrumento que desde entonces se conoce como flauta de Pan o Siringa.

En la breve pero exquisita página homónima, para flauta sola, de Claude Debussy, en el trazo poético de su arabesco se condensa todo el significado de una escena tan irreal como evocadora. El exhausto soplo del viento dibuja la molicie de un ambiente caluroso y húmedo donde la pasión se vuelve creación, y lo terrenal, divino. La brisa hecha Música…

(video Louisiana Music Videos)

jueves, 25 de julio de 2013

#ÁnimoGalicia


Desde mi dolor más profundo: ÁNIMO

Viñeta de José Rubio Malagón en Yahoo Noticias


domingo, 21 de julio de 2013

Aromas de Niñez


Los recuerdos son impactos sensoriales que se graban indelebles en algún lugar de nuestra mismidad, por razones casi siempre desconocidas. Con el tiempo suben a la superficie consciente para refrescar y acompañarnos, superando el filtro que nos protege del dolor. Y si hay un sentido poderoso, ése es el olfato. Los recuerdos olfativos son de una intensidad e inmediatez asombrosas.

Llevo conmigo un potente impacto perfumado, un aroma de mi niñez. No, no se trata de un jabón, sino de una idea olfativa muy compleja e indefinible, rica y atractiva, placentera, nutritiva.

Es el olor a casa antigua de altos techos y escaso espacio horizontal, perdido entre infinidad de muebles auxiliares, catálogo de generaciones. Olor a casa antigua de inmensos cortinones de terciopelo que visten ventanas pequeñas de finos visillos, suavizando el sonido de la madera vieja. Olor a casa antigua con sala de visitas colmada de asientos; sillas cuya función decorativa se evidencia en su propia fragilidad. Olor a casa antigua con señora mayor, muy mayor a los ojos infantiles; empequeñecida por los años y recostada en un imprescindible sillón orejero. Siempre molesta por la insaciable curiosidad infantil, esa desasosegante inquietud que todo lo mira y todo lo toca; temerosa de que se quiebre un débil hilo invisible, un último refugio cuando la vida son ya solo objetos.

Un aroma de visita forzada por el compromiso; atractiva por el íntimo misterio de la maravilla de multitud de diminutos enseres, cada uno con su carga de historias y su obsoleta liturgia, que tapizan cualquier superficie útil, como caídos de una nube fragante.

Sin duda ese perfume inolvidable era la mixtura de una casa y mil vivencias, de pieles, roces, besos y palabras, de felicidad y dolor evaporados: Algo en el Aire. En algún momento, por desgracia, una cafetera rompía con su obscena plenitud la magia de aquel aire impregnado de fantasía…

Al marchar, atesorando en mi interior tantas sensaciones, ya deseaba  volver, haciendo planes para abrir tal o cual cajón, o visitar aquel rincón inaccesible, y descubrir nuevas experiencias que reforzasen el placer sensorial.

Y todo con poca luz, con muy poca luz, sobre la casa antigua,  y sobre la señora  mayor de ojos cansados…

En la calle, huérfano ya de aromas, me entretenía en afinar el oído y rebuscar en los bolsillos; Van Morrison venía de publicar su tercer álbum, moondance, que contenía joyas como Into the Mystic:


(vídeo easylyricsorg344)

We were born before the wind
Also younger than the sun
Ere the bonnie boat was won as we sailed into the mystic
Hark, now hear the sailors cry
Smell the sea and feel the sky
Let your soul and spirit fly into the mystic

...

domingo, 14 de julio de 2013

4. CUARTA, en Sol Mayor

más humano
fotografía Cecilia -peachesenregalia- RS

..
No hay música en la Tierra
Que se pueda comparar a la nuestra.
Cecilia y sus parientes
Son excelentes músicos de Corte.

Las voces angelicales nos cantan
Y alientan a nuestros sentidos
A despegar la Alegría

-Das Himmlische Leben (La Vida Celestial)


Escrita en la tonalidad de la Bendición, Sol Mayor, la dulce y ensoñadora gema de 1901 marcó para Gustav Mahler el final del ciclo Wunderhorn y, a la vez, el comienzo de una nueva senda sinfónica en su carrera: evolución y descubrimiento. 

Una partitura más breve que sus predecesoras, adornada por una veta clásica que recorre todo el primer movimiento, y que transita con la fragilidad de un sueño infantil diversos territorios, desde lo bucólico hasta lo sarcástico para desvanecerse en el Lied final "Das Himmlische Leben"; allí el paraíso celestial se derrama a través de la voz de la soprano y las cuerdas de la orquesta, no sin cierto revuelo...

Si en el Primer Movimiento "Bedächtig.Nicht eilen. Recht gemächlich" atravesamos con gracia y elegancia parajes haydnianos, con el Segundo "In gemächliger Bewegung. Ohne hast" bordeamos el Hades, más cerca de lo sarcástico que de lo diabólico.

En el Tercero "Ruhevoll" -poco adagio- cruzamos el puente hacia el Paraíso en otro de esos evocadores y sublimes adagios mahlerianos anímicamente tendidos. Terminamos recorrido en el Cielo: el Cuarto movimiento "Sehr behaglich" es el Wunderhorn Lied que nos hace enmudecer para sentir... 
en la sensacional versión de Judith Raskin (soprano), George Szell y la Orquesta de Cleveland 1963:


(vídeo mahlerman77)

sábado, 6 de julio de 2013

Donne Barocche I


(hydrangea macrophylla) de cerca
foto Cecilia -peachesenregalia-RS

La segunda mitad del siglo XVII fue especialmente venturoso para el acceso, con éxito, de las mujeres al mundo artístico. En concreto en el universo de la Música, tanto Francia como Italia, vieron aparecer nombres femeninos de gran altura que se ganaron un prestigio más allá de sus lugares de origen; no solo en el campo de la interpretación, predominantemente vocal, sino también en el divino arte de la composición.

Aprovechemos el estío, que parece arribar con fuerza, para recorrer con deleite y admiración algunos nombres ilustres de Mujeres Barrocas.

Barbara Strozzi  (c1619-1677) nacida en Venecia, fue hija adoptiva -se cree que también natural- del poeta y libretista Giulio Strozzi; merced a su padre recibió una esmerada formación musical que dio sus frutos tanto en su faceta de cantante -soprano- como de excelente compositora. Arte y oficio dedicados a la nobleza de La Serenissima, que le permitieron asegurarse una vida y un sustento, para ella y para sus hijos.

Arietta "Miei Pensieri" para soprano y bajo continuo pertenece a su opus 6 publicado en la ciudad de los canales en MDCLVII. Las tres estrofas del poema anónimo son tratadas por la Strozzi con un juego de repeticiones que ensalzan los versos con una musicalidad extraordinaria.

(vídeo Bizzarrie Armoniche Bizzarrie Armoniche)