domingo, 30 de diciembre de 2012

Misticismo arcaizante


Giotto - fuga in egitto -

Tras la obligada primera parte del Oratorio de Navidad del glorioso JS Bach, tres días de exaltación (antes se celebraba la Natividad así, a lo grande); y ya con el niño algo crecidito, nos acercamos al Misterio desde otro ángulo: desde el surgimiento del Oratorio Romántico y desde L’Enfance du Christ  op.25 de Hector Berlioz.(1803-1869)

Decía el músico francés que quería componer una obra a la manera de los viejos misales ilustrados; a fe mía que lo logró. Comenzó por llamar Misterio a la obra para dejarlo en Trilogía Sacra; en realidad un Oratorio en tres partes, con narrador obligado.

Para ese propósito místico arcaizante, Berlioz se valió de recursos técnicos como el uso de los antiguos modos, de dulzura seráfica, de armonías profundas ... para dejarnos una obra elevada, suspendida en la irreal belleza del misterio dotado de esperanza. Obra sinfónico-coral exigente en interpretación y escucha.

No puede usted imaginarse lo que es esto si no lo conoce: algo exquisito, suavísimo, de una delicadeza y ternura tales que nadie puede escucharlo con los ojos secos”. Luego refiere las voces y la melodía (“pura, ingenua, verdaderamente divina”), para proseguir: “(la música) tuvo un efecto fulminante en mi alma. Una inmensa paz se había adueñado de ella. Sea lo que fuere, me veía a mí mismo hecho otro hombre”.
(Manuel García Morente)

Como es preceptivo tres partes componen la Trilogía:

I. El Sueño de Herodes, con la consiguiente orden de ejecución de lo Inocentes, en la que destaca su gran aria O Misère des Rois!

(vídeo Gabba02)

II. La Huída a Egipto, tras la advertencia de los ángeles. Escuchemos el pasaje Le Repos de la Sainte Famille:

(vídeo shkkl270)

III. La Llegada a Sais, y posterior acogida por los Ismaelitas, para finalizar el oratorio en un gran coro a cappellaChoeur Mystique:

Coro Monteverdi
 (vídeo Barbebleueie)

¡Feliz Año Nuevo!
aunque termine en trece, peor no podrá ser (?)

domingo, 23 de diciembre de 2012

El poeta del piano



Bill Evans (1929-1980) fue un pianista de jazz, de sólida formación clásica especialmente en la impronta de una armonización impresionista, una delicada digitación y una sólida técnica hábil para la improvisación; lo cual le llevó a moverse por un Jazz íntimo, intelectual y reflexivo, terrenos del Jazz modal y del Cool. También a ejercer profunda influencia en contemporáneos y futuros pianistas del género; a rechazar la electrificación instrumental, alejándole de las nuevas tendencias del Jazz fusión, y a ganarse el sobrenombre del título.

A mediados de los cincuenta, en plena explosión artística, llegó a trabajar con Miles Davis durante unos pocos meses; lo suficiente para participar con su instrumento y composición en esa cima del jazz que es el descomunal Kind of Blue del gran trompetista.

Pero donde se sintió más a gusto como pianista fue con el Bill Evans Trio, en el diálogo de instrumentos como camino a la emoción: piano, contrabajo y batería. Algunos de sus mejores momentos fueron registrados en directo en el Village Vanguard,  la última grabación con Scott LaFaro, bajista virtuoso que perecería al poco tiempo en una autopista.

De esas sesiones vería la luz el disco Waltz for Debby (1961) que contenía el tema homónimo, dedicado a su sobrina. Una preciosa delicadeza a ritmo de vals que engloba el mejor diálogo del trío:

(vídeo Andrew Jackson)

domingo, 16 de diciembre de 2012

El príncipe Borodin


Ilya Glazunov - El Príncipe Igor (1962)

El denominado Grupo de los Cinco (o Gran Puñado), círculo de músicos románticos y nacionalistas rusos, contaba entre sus componentes con un químico: Alexander Borodin (1833-1887). Un compositor tardío y a tiempo parcial, para desesperación de sus correligionarios que eran conscientes de sus extraordinarias dotes musicales.

Hijo natural de un príncipe georgiano, no estudió composición en serio hasta 1863 con Balakirev. Sus excelentes trabajos en las ciencias químicas, así como otras dedicaciones vitales, también contribuyeron a una obra musical corta pero bella y elegante; destacable por su impecable y lírico melodismo, y, al igual que sus colegas de los Cinco, con un fuerte sabor oriental, tal vez no tan exótico como en Rimski, pues sus excursiones se ciñen a Asia Central.

Su celebrada ópera El Príncipe Igor, comenzada en 1869, tras dieciocho años, quedó inconclusa por su prematura muerte y sus continuos retoques. Fueron Rimski-Korsakov y Alexander Glazunov, a la limón, quienes completaron la orquestación y dieron forma a la obra. Un libreto del propio Borodin y de Vladimir Stasov basado en una epopeya del siglo XII, Las Huestes de Igor, donde no faltan aventuras guerreras, amores cruzados, malos-malísimos e incluso el recurso a personajes grotescos tan del gusto ruso. Una ópera que rezuma un desbordante lirismo en las escenas más humanas e íntimas, engalanadas con preciosas melodías de sabor popular, sobre un fondo coral profundamente dramático y folclórico.

Coros y Danzas polovtsianas, la pieza más célebre:

(vídeo John J)

Aria de Jaroslavna, la esposa ‘Ne malo vremeni proslo s tech por’ :

(vídeo carlotta9991)


PS: ¡y a mí que me recuerda al Puccini más lánguido! (?)

domingo, 9 de diciembre de 2012

Duelo por un Héroe



Decepcionado con el rumbo político de su admirado Bonaparte al hacerse coronar Emperador “¡ahora sólo obedecerá a su ambición…!” Beethoven sustituye el segundo movimiento de su Tercera Sinfonía “Heroica”op.55; la marcha triunfal deja lugar a una marcha fúnebre: el duelo por un héroe.

La Marcia Funebre: Adagio assai es la pieza más célebre de la primera gran sinfonía beethoveniana, el monumento que rompe las costuras del clasicismo orquestal.

Sobre un ritmo de marcha procesional se alternan un primer tema doloroso y amargo, con un segundo más dulce y libre que es sometido en todo momento a la tiranía andante de la marcha, no sin visitar, en su parte central, los placeres del desarrollo fugado en los segundos violines.

Hans von Bülow, el legendario director alemán, se ponía unos guantes negros para dirigir esta pieza ¿se puede ser más elocuente? Creo que no…

Mejor no añadir nada y escuchar el movimiento completo con la Filarmónica de Viena, dirigida por Erich Kleiber, otra leyenda:

(vídeo Barbebleuei)

sábado, 1 de diciembre de 2012

Mia Tiranna



Mia tiranna, o dio, pietà
Son ferito e prigioniero
Che d’Amor nel crudo impero
Tal mi fè la tua beltà.
...

No hay labor más grata, y casi inagotable, que la de invitar al Castillo a la ingente nómina de compositores del XVII; tantos y de tan alta calidad que la tarea se convierte en un descubrimiento continuo de tesoros semiocultos.

Pietro CESTI  (1623 - 1669) también conocido como Marc’Antonio debido a su nombre religioso, padre Antonio d’Arezzo, nació en esta preciosa localidad toscana. Su formación musical comienza en Roma, se cree que como discípulo de Abbatini y Carissimi. A partir de 1651 Cesti escalaría los más altos peldaños de un hombre de su oficio: estrenos operísticos en Venecia, maestro de capilla en Innsbrück, cantor de la capilla Sixtina en Roma, tenor y compositor en la Florencia de los Médici, vice-maestro de capilla en la corte imperial de Viena... En fin, en el panorama italiano, junto a Luigi Rossi y Giacomo Carissimi, lo más selecto de su época; “la luz y la gloria de la escena profana” o “miraccolo de la Música según Salvatore Rosa.

Entre 1662 y 1665, durante su segunda estancia en Innsbrück, además de obtener el título de Marqués, compuso una buena cantidad de Cantatas, Canzoni amorose, sobre textos de Sbarra y Apolloni, poetas de la corte.

Mia tiranna es un precioso ejemplo de su delicado arte que “sobresale en la expresión del ardor y la ternura, allí donde los sonidos explican los tiernos impulsos de un corazón que ama, donde el amante solitario languidece y recuerda, donde se describen delicadas ensoñaciones” (H. Kretzchmar). Una Canzona de contenida expresión dramática que nos muestra la suave vocalidad y el sutil cantabile de las melodías de Marc’Antonio Cesti, y que pasamos a escuchar en la interpretación del contratenor René Jacobs acompañado por un continuo de William Christie, clave; Jaap Ter Linden, violonchelo; Konrad Junghänel, tiorba.


(vídeo Barbebleuei)