miércoles, 30 de abril de 2008

La nueva chica Bond


No, no es que este blog pretenda ser cool, o ahora vaya de moderno. Sencillamente uno de vez en cuando, fiel a sus orígenes, se da una vuelta por el panorama pop para tomarle el pulso.

Normalmente es un erial, una asombrosa falta de ideas. Incluso diría que el rock está agotado musicalmente, sólo perviven repeticiones caricaturescas de tiempos mejores. Puede que sus coordenadas estilísticas no den para más. La falta de preparación, cuando no la pura ignorancia, unido a la necesidad del éxito inmediato y pasajero por la presión de la industria están convirtiendo el pujante edificio en un solar desértico y poco atractivo. Usar y tirar...

En esta última cata me llamó la atención, no por sus excesos que me importan bien poco, una joven llamada Amy Winehouse. Tras una atenta escucha tuve la sensación de que cobraba vida la Tamla Motown, el gran sello de soul. Un sonido que bebía en esas fuentes rítmicas, se adornaba de aromas jazzísticos, y se ponía al día. Vocalmente Amy tiene personalidad, una nueva encarnación de la emoción solar de Grace Slick, la rota entrega de Janis Joplin, o incluso, el diablo me lleve, el dramatismo farmacológico de Billie Holiday. Adornada con una negritud revitalizante que, contrariamente a la falta de luz, se descompone en una variedad de colores. Véase la primera ilustración con el significativo título de "Back to Black":




Tal vez sea un nuevo bluff, otro montaje de la industria. El tiempo pone a todos en su sitio, esperemos que se desarrolle, madure y nos dure. La chica tiene clase, sobre todo en directo. Aquí interpreta su último éxito, "Rehab":



Ahora a tiempo lento, "Love is a losing game":

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PS: en estos momentos está grabando en Londres el tema central de la nueva película de Bond, James Bond.

domingo, 27 de abril de 2008

Primavera japonesa con Schubert

Ante todo reconocer que este post está inspirado en la preciosa entrada paterno-primaveral de maac

El Octeto en Fa D803 op 166 de Franz Schubert es obra tardía, un divertimento emparedado entre dos cuartetos desesperanzados, La menor D804 y Re menor D810 "La muerte y la doncella". Un encargo de un noble clarinetista, el Conde von Troyer.

La instrumentación consta de dos violines, viola, violonchelo, contrabajo, clarinete, trompa y fagot. A imitación del Septiminio de Beethoven con el añadido de un segundo violín. La solicitud entroncaba con la tradición de las grandes serenatas para viento, de estilo galante, muy vienés. Grandisoso por volumen y contenido, por momentos alejado de lo camerístico. Consta de seis movimientos:
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Adagio - Allegro
Adagio: triste en su vena melódica.
Allegro vivace - Trío: muy rítmico.
Andante con variazioni: rico en la variación.
Menuetto - Trío: coqueto.
Andante - Allegro: dramática grandeza en su dramatismo.

Creo que es en el primer movimiento donde mejor engarzan ambos grupos instrumentales, la cuerda y el viento. Rítmicamente elaborado, contiene mayores dinámicas, y es rico en melodismo y colorido. Hay un evidente predominio del clarinete sobre un sólido machihembrado de la base rítmica, sin que ello impida los sucesivos diálogos de otros solistas, trompa, violín, violonchelo...

Aquí queda adornado de una gloriosa floración de cerezos, sí cerezos, japoneses:

Octeto Mithras

miércoles, 23 de abril de 2008

Monteverdi sacro

Vespro della Beata Vergine es obra coetánea de L’Orfeo. Si ésta representa la primera ópera digna de tal nombre, la primera es un monumento de la música sacra de todos los tiempos. Esta obra colosal fue compuesta todavía en la corte de los Gonzaga de Mantua, sus patronos, aunque con los fastos venecianos en mente y una cierta mirada a Oriente. Producción que sirvió para unas oposiciones, primeramente para el puesto de Maestro de Capilla en Roma, unida a una Misa al modo antiguo, y dedicada al papa Pablo V. Luego para el mismo puesto en San Marcos de Venecia, interpretada, se cree, durante el proceso de selección de candidatos para dicho cargo, bien en la propia Basílica o bien en San Giorgio Maggiore al otro lado del Bacino.

Buen gusto y conocimiento debían adornar a los jueces de tal selección cuando escogieron al maestro cremonés para tan alto honor.

Las Vísperas es una grandiosa obra donde se conjuga y aúna el stile antico y el moderno, la polifonía eclesiástica y la monodia virtuosa dramático secular. Frescura estilística, fluidez rítmica, imaginativo uso del coral, simplicidad armónica, cromatismo inesperado, uso efectivo de la técnica del coro dividido (spezzati) del gran Giovanni Gabrieli.
Comienza con Domine ad adjuvandum, una invocación al modo de Orfeo con fanfarrias, como un prólogo, siguen cinco Salmos y un Himno, intercalando Canzone (Solo concerti) al más puro estilo madrigalístico profano: Nigra sum, Pulchra es, Audi coelum, para terminar con un extraordinario Magnificat a siete voces.

Presento en primer lugar el precioso y lírico madrigal reconvertido a sacro, Pulchra es, para dos sopranos, pieza virtuosa y lírica, ya barroca:
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Académie Baroque Européenne D'Ambronay. Gabriel Garrido
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Ahora el espectacular y sobrenatural motete Duo Seraphim clamabant, con su juego de ecos y el uso del "Quilisma" (técnica vocal a modo de staccato consistente en la repetición muy rápida de una misma nota por emisión gutural); un estilo florido para tres tenores:


Académie Baroque Européenne D'Ambronay. Gabriel Garrido
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La misma pieza en el bellísimo interior de la Basílica de San Marcos, su destino:

English Baroque Soloists. John Elliot Gardiner

jueves, 17 de abril de 2008

Musica ricercata

György Ligeti compuso esta obra para piano entre 1951 y 1953, aún dentro de su primera etapa compositiva con Bela Bartok al fondo (Microcosmos). Se trata de once pequeñas piezas que van emergiendo unas de otras en un curioso método compositivo basado en la sucesiva agregación de las distintas notas de la escala cromática. La primera pieza se sustenta en una sola nota, un la repetido obsesivamente. La segunda incorpora ya tres notas (mi sostenido, fa sostenido, sol), y así gradualmente hasta la pieza final, dedicada a Frescobaldi, que hace uso de las doce notas.

Son composiciones sencillas, basadas en el estudio de la tradición popular húngara, ya iniciada por Bartok o Kodaly, que estrenan y proyectan el mundo sonoro posterior de Ligeti, sus atmósferas de timbre, ritmo y texturas.

Propongo la audición de dos de ellas, en la excelente, autoritaria y vitalista versión de Pierre-Laurent Aimard:

La 2ª Mesto, rigido e cerimoniale, confeccionada con tan sólo tres notas, desata un clima profundamente inquietante, obsesivo y a la vez inmóvil y subyugante. Pieza empleada por Kubrick, como siempre acertadamente, en su última película Eyes Wide Shut. Presentación ilustrada con otra obsesión, la Kidman:
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La 7ª Cantabile, molto legato: una sencilla, ingenua, humilde y casi infantil melodía, que cobra vida y aliento por la energización del incansable motor de la mano izquierda:



Obra completa disponible aquí: Musica_ricercata

sábado, 12 de abril de 2008

Orfeo reformista

Christoph Willibald Gluck ha pasado a la historia de la ópera como el reformador (o reformista) del género durante el siglo XVIII. Un nuevo clasicismo basado en la simplicidad, la naturalidad y la verdad. Desaparecen el recitativo secco y el adorno superfluo; aparece la sencillez elegante y el arrobo económico. La música interpreta una arquitectura dramática. Nace un dramatismo natural, un hermanamiento de músico y poeta

Su primera versión del Orfeo ed Euridice, en italiano, estrenada en 1762 suele considerarse como la primera manifestación del nuevo estilo, aún con sus ataduras italianizantes. Estilo que se vería refrendado y enaltecido con Armide y sus Ifigenias.

Antes de profundizar en su aria más conocida, detengámonos por un momento en otro pasaje de enorme belleza, también en la voz de Orfeo: el aria “Che puro cel!" , dónde hace gala de una extraña y maravillosa orquestación:
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Marlyn Horne con las fuerzas del ROH y Solti a la batuta

Pasemos ahora al aria da capo “Che faró senza Euridice?”, originalmente para castrato, muchas de las más grandes mezzos han dejado su impronta en esta “teta de novicia” gluckiana , también de nuevo Marilyn Horne:
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Sin ánimo de ser exhaustivo, escuchemos ahora otros acercamientos a esta preciosidad:

martes, 8 de abril de 2008

Credo in Schubert

La sexta Misa latina D950 de Franz Schubert fue compuesta durante los últimos meses de vida del compositor. Encargada por Michael Leitermayer para la Iglesia de la Santísima Trinidad de Viena, vio su estreno en dicho templo casi un año después de su muerte.
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Una rica y compensada mezcla de estilos aparentemente antagónicos. Por un lado la monumentalidad litúrgica vehiculada a través de la polifonía clásica, el estilo contrapuntístico (uso generoso del fugado: Cum sancto spiritu, Et vitam, Osanna, Agnus Dei). Por otro el personal lirismo del autor tendente a la homofonía cantabile, la capacidad melódica rica y profunda. Siendo ambas líneas estilísticas unificadas y apaciguadas por esa gracia infinita que Schubert atesoraba.
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Como ilustración musical sugiero el "Et incarnatus est" del Credo, un andante con una noble y profunda melodía que introducen los violonchelos y elevan las tres voces solistas, dos tenores y una soprano, en entrada sucesiva, hasta la aparición del coro en el "Crucifixus"; tras cuyo fortissimo retorna a deleitarnos el trío vocal con su tema, y se apaga nuevamente en el coro:
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Sibyilla Rubens, soprano
Christoph Genz, tenor I
Matthias Goerne, tenor II (una curiosidad)
Gächinger Kantorei / Bach-Collegium Stuttgart
Helmuth Rilling

jueves, 3 de abril de 2008

Caza mayor: el Segundo de Brahms

“Debo comunicaros que he escrito un pequeño concierto de piano, con un pequeño y precioso scherzo”. Así anunciaba Brahms a su amiga Elisabeth von Herzogenberg la composición de su Segundo Cconcierto para piano en si bemol op.83, la obra concertante más amplia desde el “Emperador” beethoveniano, un monumento. Veintidós años habían transcurrido desde la presentación del Primero, no muy bien acogido por el público y con reservas por la crítica.
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Para esta ocasión Brahms ofreció una mayor madurez instrumental y emocional. Acababa de componer su Segunda Sinfonía y esa experiencia orquestal se refleja en el carácter sinfónico del concierto; incluso en su expansión a cuatro movimientos y en el papel del conjunto en el desarrollo temático. Aún sin extremos alardes de virtuosismo solista, el piano destaca por su intensa sensibilidad y por su capacidad para ser receptivo a la masa acompañante.
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El concierto fue un éxito desde su estreno en la Redoutensaal de Budapest en 1881, con el propio Brahms como solista, y continúa siendo una referencia en el repertorio concertante para piano. Una obra colosal e imponente.
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Pasemos ahora a su visión y escucha en una gran versión, vibrante y apasionada, a cargo de Krystian Zimerman con la Filarmónica de Viena dirigida por Leonard Bernstein en directo en el Musikverein. Videos cortesía de koralgol5
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Primer movimiento (Allegro non troppo): expansivo, proteico, beethoveniano, épico a la par que sencillo, se abre con una introducción en las trompas, con serenidad, llevando el tema al tutti, que recoge el solista. Todo el amplio desarrollo se balancea entre empuje y lirismo:
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Segundo movimiento (Allegro appassionato): el famoso pequeño scherzo, estructurado en el desarrrollo de dos temas. El primero, presentado en el piano, entusiasta pero de aire oscuro como un mal presagio, seguido en las cuerdas de un segundo tema más jovial pero con un poso lastimero:



Tercer movimiento (Andante): aquí Brahms utiliza un segundo solista, el violonchelo, para ofrecer el tema principal, cantabile, una bella, sedante y poética melodía que recoge el teclado. Tras una sección central ensimismada, etérea, el violonchelo retoma el tema principal compartiéndolo con el piano, casi a modo de doble concierto: (comienza aquí sin pausas el cuarto movimiento)
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Cuarto movimiento (Allegretto grazioso): el primer tema es ligero, elegante, aéreo, mozartiano, vienés. El contraste viene de la mano de un segundo tema de raíz popular, muy rítmico:
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LLegados a este punto no puedo dejar pasar por alto un pequeño ensayo de Sviatoslav Richter, auténtica referencia en esta obra (y en otras muchas):
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Aquí os dejo también un enlace para descargar otra excelente versión, amplia y serena:
Emil Gilels/BPO/Eugen Jochum
(dedicado a Cenerentola)

miércoles, 2 de abril de 2008

Música en Lugo

Encomiable y variado Festival que es todo un ejemplo para cualquier pequeña ciudad.
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En su habitual formato de "entrada libre hasta completar aforo", cuenta en esta edición con obras de JS Bach, Vivaldi y Hasse, hasta Messiaen, Britten o Stravinsky. Siendo algunos de sus intérpretes más conocidos Mark Padmore, Simone Kermes y José Manuel Zapata.
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A quien pueda interesar le adjunto enlace al programa :